El Parlamento Europeo aprueba una nueva Directiva de Energías Renovables

La directiva de energías renovables ya ha visto la luz, tras la situación geopolítica sin precedentes creada por la invasión rusa de Ucrania y los elevados precios de la energía. Y es que, el pasado 14 de septiembre, el Parlamento Europeo votó a favor de elevar al 45% el consumo final bruto de energía renovable en la Unión Europea, en 2030, frente al objetivo vigente del 32%. Todo ello, en línea con la posición de la Comisión Europea y por encima del 40% que proponen los países de la UE.

El pleno de la Eurocámara se ha alineado con ese 45 % como posición negociadora con el Consejo y la Comisión en la revisión de la Directiva de Energías Renovables, que forma parte del amplio paquete legislativo «Fit For 55» para reducir en un 55% las emisiones de CO2 en 2030, con respecto a los valores de 1990.

Asimismo, dentro del paquete para reducir en un 55 % las emisiones de CO2 en 2030, los eurodiputados abogaron por elevar la ambición de la Directiva de Eficiencia Energética para 2030 y reducir el consumo energético final de la UE en un 40% en 2030 y el consumo primario en un 41,5 %, respecto a los niveles de 2007.

De este modo, la nueva norma eleva sus objetivos en materia de clima y energía para 2030, y los de neutralidad climática, fijados en la Ley Europea del Clima, pero sobre todo responde a la urgencia de reducir tanto la dependencia energética externa de la Unión como los precios de la energía.

Y es que, atendiendo a los datos que señalan que los edificios representan el 40% de la energía consumida y el 36 % de las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero, es necesario aumentar el despliegue de soluciones para abordar la transición energética, constata el organismo europeo. Para ello, la energía renovable a gran escala, reducir el uso de combustibles fósiles en los edificios y acelerar la descarbonización son las medidas clave que quiere desplegar la directiva de forma acelerada.

La institución europea también subraya la lentitud y complejidad de los procedimientos administrativos, como uno de los principales obstáculos para las inversiones en energías renovables. Sin ir más lejos y según el estudio «RES Simplify», elaborado para la Comisión Europea, los problemas administrativos y de cobertura son el principal obstáculo en el 46% de los casos.

En especial, la burocracia en los procesos y la falta de coherencia jurídica, así como un marco y unas directrices incompletos y abstractos que conducen a diferentes interpretaciones de la legislación, por parte de las autoridades son trabas para la puesta en marcha de proyectos e iniciativas para la descarbonización. Como consecuencia de ellos, el plazo de ejecución de un proyecto de este tipo puede ser de hasta diez años.

La directiva aprobada también tiene por objeto simplificar y acortar en mayor medida estos procesos administrativos, de manera coordinada y armonizada en toda la UE, lo cual es necesario para acelerar el despliegue de energía renovable en todos los países miembros y garantizar la consecución de los ambiciosos objetivos en materia de clima y energía para 2030, así como su objetivo de neutralidad climática en 2050.

A partir de 2023, los Estados miembros deberán presentar informes bienales sobre el avance en la ejecución de los planes y, además, a más tardar el 30 de junio de 2023, comunicar a la Comisión los proyectos de actualización de sus planes. La fecha límite para las actualizaciones definitivas es el 30 de junio de 2024.

La Unión Europea responde así a la difícil situación actual, de forma coordinada y urgente para acelerar el despliegue de las fuentes de energía renovables y garantizar el suministro de todos sus ciudadanos.

Desde Edison Next, nos alineamos a esta nueva directiva y nos ponemos a disposición de nuestros clientes para ayudarles a alcanzar los objetivos marcados desde Europa a través de la mejora de su eficiencia energética, reduciendo su consumo energético y optimizando su producción. Todo ello, con el foco en abordar la transición energética global y la reducción de la huella de carbono de todo el tejido empresarial.