2025, un año en el que hemos convertido la transición energética en impacto real
2025 ha sido un año de consolidación para Edison Next Spain. No tanto por un único gran anuncio, sino que por la suma de todos los proyectos, alianzas y decisiones que han demostrado cómo conseguir que la transición energética avance de verdad y se conecte con la realidad de las empresas, las ciudades y las personas.
Empezamos el año reforzando nuestra posición como socio energético integral con la adquisición de Ecoclima, una operación que amplió nuestras capacidades en climatización y ventilación eficiente. Más allá del crecimiento corporativo, este movimiento respondió a nuestra clara convicción de que la descarbonización exige soluciones cada vez más especializadas y una mayor capacidad técnica para actuar en sectores donde la eficiencia energética es crítica, como el industrial y el terciario.
Esa visión se tradujo también en el despliegue de proyectos renovables ligados directamente al consumo real. Un ejemplo es la culminación de la primera fase del proyecto solar en el centro industrial de Alstom en Barcelona, una instalación diseñada para generar energía limpia, y así reforzar la autonomía energética de una gran planta industrial reduciendo de forma tangible su huella de carbono. La transición, cuando se integra en los procesos productivos, deja de ser un objetivo abstracto y se convierte en una ventaja competitiva.
A su vez, el año ha estado marcado por una apuesta decidida por el biometano como pieza clave del mix energético futuro. La alianza con Greening y Atlantica para desarrollar una cartera de proyectos de gas renovable ha mejorado nuestra posición en un ámbito llamado a jugar un papel fundamental en la descarbonización de sectores difíciles de electrificar.
En paralelo, este 2025 hemos definitivamente interiorizado como sociedad que la transición energética también se construirá desde las ciudades, necesariamente. La renovación del alumbrado público de Ibiza con tecnología LED o el desarrollo de nuestro proyectos piloto que combina generación fotovoltaica, almacenamiento y gestión inteligente de la energía reflejan cómo conseguimos que la innovación pueda mejorar la eficiencia de los servicios públicos y, al mismo tiempo, elevar la calidad de vida urbana.
Además, la adjudicación del contrato del Ayuntamiento de Lleida para la modernización integral de su alumbrado público representa uno de los proyectos de mayor envergadura de este año. Esta iniciativa, que refuerza nuestra visión de una transición urbana que transforma las infraestructuras urbanas en servicios más sostenible y orientadas al bienestar de las personas, permitirá mejorar la eficiencia energética, reducir emisiones y optimizar el consumo eléctrico urbano.
La movilidad ha sido otro de los ejes del año. Gracias a nuestra colaboración con Karos para transformar el coche compartido en ahorro energético certificado, conseguimos crear la innovadora idea de que es posible premiar a los usuarios por adoptar decisiones más sostenibles. Un paso más hacia una transición que no solo depende de infraestructuras, sino que también de cómo nos movemos y tomamos decisiones.
El sector turístico, clave en la economía española, también ha avanzado en esta dirección. La colaboración con BlueSea Hotels para iniciar la descarbonización de sus hoteles ha demostrado al sector turístico que sostenibilidad y competitividad pueden ir de la mano, incluso en entornos con una alta demanda energética como los hoteles.
Por último, la apuesta por los gases renovables ha dado un paso decisivo con la adquisición a Iberdrola de cinco plantas de cogeneración para el tratamiento de purines y una cartera de proyectos de biometano en desarrollo. Más allá del crecimiento en capacidad, la integración de estos activos ha reflejado nuestra convicción de que la economía circular y el aprovechamiento energético de residuos son pilares esenciales del sistema energético del futuro, capaces de generar valor ambiental, industrial y territorial a largo plazo.
Todo ello ha sucedido sin perder de vista a las personas. En un año marcado por episodios de calor extremo, hemos reforzado nuestras medidas de protección para los equipos en campo, integrando tecnología y prevención para cuidar la salud y la seguridad laboral.
Mirando el conjunto, 2025 nos ha dejado una gran lección: la transición energética ya no avanza por proyectos aislados, sino que por ecosistemas de soluciones que combinan eficiencia, renovables, digitalización y colaboración. Este gran año ha confirmado el éxito de nuestra forma de trabajar: acompañar a empresas y territorios con una visión a largo plazo, convirtiendo cada proyecto en un paso más hacia un modelo energético más inteligente, resiliente y conectado con las necesidades reales de la sociedad.